Señores padres de la Patria:
El control político es y será siempre una función primordial y parte de su labor deliberativa, el cual está enmarcado dentro de un sistema de pesos y contrapesos que permiten generar un adecuado proceso de gobernabilidad, para potenciar el desarrollo de proyectos país.
¡Ustedes enarbolan el día de hoy una sola bandera!, ya no es una tesis partidaria, una propuesta o un interés particular el que guía su norte. En sus manos cual arcilla al alfarero está “el poder”, poder encomendado a ustedes por mandato popular, para expresar la voluntad de la Nación en aras de su futuro y como conciliador de la pluralidad y la diversidad de ideales nobles.
A pocos días de consumar uno de los rituales de profundo significado democrático como es la elección del directorio legislativo, hago un llamado a utilizar “el poder” para tomar una posición de consenso y dialogo orientados al bienestar común y no a intereses específicos o particulares.
El éxito del cuerpo parlamentario no radica en tener un protagonismo personal o partidario, su valor estará en evocar la lealtad al pueblo, al bienestar común y a contribuir con los procesos de dialogo necesarios para garantizar una efectiva gobernabilidad mediante el trabajo en red y la voluntad no propia, si no la voluntad del pueblo que ejerció su consagrado deber y su derecho constitucional.
A Dios invoco (cual sea su creencia de él), para que los llene de sabiduría y los guie por el camino correcto al forjar el destino de nuestro país y de nuestra Nación; destino del cual nuestros niños, jóvenes y adolescentes serán los dignos herederos de sus actos.
. drrc/27.04.2011. .
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